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Francis Kurkdjian decidió plasmar en esta fragancia floral ambarina amaderada la alquimia poética de la fabricación del cristal creando una composición única en torno a 3 soplos.
En la salida, las facetas aéreas de las flores del jazmín y la luminosidad del azafrán evocan el soplo del aire. Se conjugan con un acorde que recuerda el ámbar gris y a tonalidades amaderadas secas que encarnan el soplo del mineral. Por último, el soplo del fuego se sugiere mediante la sensualidad adictiva del etil maltol, una nota con acentos deliciosos. Luminoso y distinguido, Baccarat Rouge 540 eau de parfum envolvente y aéreo, se posa sobre la piel como un soplo floral ambarino y amaderado. Un sello olfativo inimitable, gráfico y condensado hasta el extremo, con una estela duradera.