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Muy oriental, con sensaciones de frescura y limpieza un tanto jabonosas.
Se considera unisex; tras la aplicación, se aprecia un aroma empolvado que poco a poco se va disipando y, en mi caso, deja un fondo de jazmín y rosa con un incienso y mirra muy elegantes, que le proporciona un secado dulce y floral.
Tanto el incienso como la mirra han sido tradicionalmente utilizados por distintas culturas a lo largo de la historia, como parte de sus ritos a la hora de conectar al hombre con lo divino y así te hace sentir esta fragancia, te calma, es una experiencia introspectiva, una vuelta a lo conocido, a los orígenes, como caminar descalzo sobre la hierba mojada sintiendo formar parte de algo mucho más grande que uno mismo.